Cada vez son más los jóvenes que buscan y deciden tomar cursos intensivos y dinámicos para así suplir la escasez de talento digital que impacta en el desarrollo de las empresas. En el mundo, está creciendo el nro de personas de todas las edades que cursan en Coding Schools o Coding Bootcamps. Se trata de centros especialmente concebidos para enseñar con intensidad y en base a la práctica, las disciplinas digitales del momento como: programación web y de apps móviles, marketing digital, Data Science (para detectar patrones analizando grandes volúmenes de datos mediante herramientas, tecnologías y lenguajes de programación) y Diseño UX (para analizar el ciclo de desarrollo de productos digitales tomando el enfoque del diseño centrado en el usuario), entre otras.
El origen de los Coding Bootcamps se dio en el 2012, para aportar una solución al problema mundial de escasez de talento digital a través de cursos intensivos que van desde 4 a 12 semanas. Esto se debe a que las organizaciones dependen cada vez más del software, ya sea para relacionarse con sus clientes y proveedores, como para garantizar la continuidad de sus negocios. Como consecuencia, hay una demanda creciente de profesionales con conocimiento en áreas digitales. A esto, hay que sumarle 2 fenómenos: el conocimiento avanza más rápido en el mercado que en una Facultad, con lo cual lo aprendido termina resultando obsoleto al recibirse, y hasta los puestos de trabajo y profesiones más tradicionales necesitan adquirir estas habilidades para su práctica laboral, más allá de los estudios que hayan aprobado. Además, cuando se busca una carrera relacionada con la innovación, no se necesita un programa rígido, sino uno bien flexible, que tenga en cuenta los últimos desarrollos.
Realizar un programa de inmersión es una experiencia muy dinámica y enriquecedora. Estos centros cuentan con espacios de co-learning y co-working, donde uno puede estar todo el día trabajando en sus ideas con ayuda de expertos que los asesoran para desarrollar los proyectos durante la cursada. En este sentido, quien cursa se termina sintiendo como en su propia casa, ya que se vive un «ambiente» y una combinación de informalidad, profesionalismo y trato personalizado. Al momento de crecer profesionalmente, es fundamental hacerlo en el marco de una comunidad y algo que los Coding Schools tienen de muy positivo es que a las personas les gusta compartir su conocimiento.
Si bien los cursos cortos son muy intensivos y requieren de mucho compromiso por parte del alumno, dentro del aula todos disfrutan de cada clase porque los profesores, que son especialistas en las materias que dictan, plantean casos concretos de aplicación en donde ellos han sido protagonistas.
El perfil del alumno de los cursos de programación es muy heterogéneo: va desde los 25 hasta los 40 años. Mientras los más grandes toman al curso como posgrado para intentar darle un giro a su carrera laboral, los más jóvenes optan por esta propuesta en vez de asistir a la Universidad. Aunque visto desde afuera, aprender a programar pareciera ser algo complicado y difícil, en realidad no requiere de otra cosa más que de entrenamiento. Se aprende a programar con ayuda de un profesional, pero luego es fundamental que haya un proceso de práctica y dedicación, como cualquier otra actividad que requiere experiencia, sea tocar un instrumento o practicar un deporte. Aprender las disciplinas del momento es apto para cualquiera que sea mayor de 18 años, ya que no hay que tener conocimientos previos vinculados al mundo digital. Sin embargo, para garantizar un alto nivel educativo, los coding bootcamps suelen realizar exámenes de ingreso.
Luego de unos meses de estudio y práctica, la inserción laboral de los egresados, está prácticamente garantizada, ya quee xiste un déficit de profesionales que se forman en estas disciplinas. De hecho, según la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI), la industris del software nacional planea crear 7.000 nuevos empleos durante el 2017. Sólo este sector emplea a 81.800 profesionales y 5.000 posiciones no pudieron ser cubiertas el último año por no contar con los talentos necesarios. Esto significa que, si se considera a las organizaciones del sector público y privado en general, la demanda de empleados es muy superior. Además, esta demanda siempre estará vigente y las empresas podrán capacitar a sus empleados, tengan o no perfiles técnicos.
Quienes se inclinan por esta metodología de estudio deben aprovechar al máximo 2 cuestiones:
- Practicar todos los días
- Participar de meetups, workshops y muchos eventos sin costo que suelen organizar estos centros, a los cuales cualquiera puede asistir para no sólo seguir aprendiendo, sino también para relacionarse con personas que eventualmente sean socios o empleadores.
Siguiendo con esta tendencia, hace unos meses, el gobierno argentino presentó el programa «111 mil» para formar talento digital mediante una cursada anual y un exámen posterior que certifique su formación. Si bien las clases no se imparten en Coding Schools, están utilizando una metología que también se basa más en la práctica que en la teoría. El plan que se propone tiene el objetivo de contar en 4 años, con 100.000 programadores, 10.000 profesionales y un millar de emprendedores.