Una vez que finaliza el largo período de vacaciones, los chicos en edad escolar deben regresar a su rutina de todos los días, una práctica que muchas veces trae como consecuencia sensaciones de angustia, estrés, ansiedad, miedo, cuadros que por lo general no sólo alcanzan a los chicos, sino que también suelen involucrar a los papás.
Cuando ingresan al jardin de infantes puede ocurrir que los pequeños manifiesten, al comienzo, trastornos del sueño, alteraciones del control de esfínteres si ya lo han logrado, terrores nocturnos, problemas de alimentación u otras alteraciones funcionales y los síntomas pueden ser más complejos con la presencia de enuresis y ataques de pánico, entre otros. Sin embargo, el mayor temor que manifiestan los chicos suele ser la separación misma de los papás : extrañarlos. Por eso, es altamente recomendable aprovechar el tiempo de adaptación a situaciones nuevas, tan necesarias para poder ir más allá de las manos de mamá y papá. Los padres pueden ayudar a vivir este momento como un paso dado con seguridad y alegría si anticipan los escenarios posibles, si relatan cómo puede ser ese primer día y el resto del año, con qué pueden encontrarse, y asegurandoles que se ocuparán de ellos, que los estarán esperando al salir y los invitarán a compartir sus experiencias y anécdotas, entre otras cosas. También, para el ingreso al jardín, es muy bueno que los chicos conozcan de antemano el establecimiento, quienes serán sus amestras/os y que compartan la preparación de los materiales, sabiendo que es un lugar de juego y entretenimiento a compartir con compañeros de sala.
Esta experiencia representa el pasaje de la familia a la cultura. La concurrencia al jardín de infantes constituye la primera forma de alejamiento transitorio del hogar. El chico desplaza en otros las figuras paternas y este movimiento psíquico promueve en el chiquito/a y sus progenitores ansiedades específicas de separarción que deben ser elaboradas con la ayuda de los papás y del equipo docente.
Para los chicos que ya se encuentran insertos en la vida escolar, el inicio de clases también puede generarles conflictos porque, entre otras cosas, es el momento de retomar el ritmo luego de un período largo de vacaciones en el que no había que respetar demasiados horarios y tenían mucho tiempo libre para el juego. Para los papás, la vuelta al colegio suele ser un alivio pero también implica la responsabilidad de despertarlos temprano, realizar la rutina matinal con rapidez y en forma sistemática, y en muchos casos, también llevarlos y traerlos del establecimiento.
A veces, los chicos muestran desgano y falta de interés. Esto sucede porque están preocupados, con miedo a lo nuevo. También puede suceder que la familia esté atravesando alguna etapa crítica o de cambios como lo serían : una enfermedad, la muerte de un familiar cercano, una mudanza, el nacimiento de un hermano/a o la separación de los padres. En estos casos, se hará necesario, aún más, incrementar el acompañamiento brindándoles seguridad y convocarlos a preparar juntos los elementos necesarios, contenerlos aceptando su preocupación frente a lo nuevo, dandoles mucho afecto y cariño y tratando de ayudarlos a valorar el espacio escolar tan vital en su desarrollo.
Toda esta ansiedad, que a veces desborda a los chicos, comienza a decrecer a partir del primer día de clases. Es por esto que la adaptación cobra un rol fundamental tanto en la etapa del jardín como en la escolaridad primaria. En el Nivel Inicial esto ya está instituído, siendo planificada y tenida en cuenta por los docentes y directivos. En cambio, en la Primaria, no siempre es tenida en cuenta, por lo que resulta importante planificar y prever este período para brindarles a los chicos instancias donde el aprendizaje quede en un segundo plano, priorizando el juego, el intercambio y la comunicación. Es fundamental respetar los tiempos de cada niño, teniendo como objetivos, en estos primeros tiempos, la integración, formación de vínculos y apropiación de los diversos espacios.
Muchas veces, también puede suceder que la ansiedad, las preocupaciones y los temores que manifiestan los chicos terminan siendo consecuencia de los propios miedos y dudas que envuelven a los adultos. Cuando arrancan la primaria, los papás temen perder el control sobre sus chicos y admiten que empezaron a transcurrir una etapa en la cual pueden no contar todo, tener sentimientos hacia algunas personas que no siempre coinciden con lo que los padres quieren, con amigos, con la maestra, con la auxiliar que los recibe en la puerta de la escuela. Además de los padres, es fundamental que los docentes tengan un rol activo dentro de la escuela para que los chicos puedan comenzar el año de la mejor manera posible en un ámbito en el que prosperen la responsabilidad, el afecto y la dedicación a cada uno de sus alumnos. Son los mismísimos docentes los que deben ayudar a los niños dentro de la escuela y , para ello, es aconsejable esperarlos con propuestas atrcativas, reunirse primero en ronda para conocerse los que son nuevos y para reencontrarse los que ya asistían, y contarse las novedades. Es un buen momento para recordar nombres y actividades compartidas, establecer pautas claras de convivencia y, sobre todo, poner el acento en el objetivo de construir un buen vinculo afectivo que los sostenga dentro de la institución.
El reencuentro con los compañeros muchas veces puede ser visto por los chicos como una motivación positiva para volver a clase, pero cuando la inserción en el grupo no resulta satisfactoria, esos vinculos pueden constituir un impedimento para el normal regreso. También, a veces el reencuentro con los compañeros que no vieron por casi 2 meses, les genera el temor de ser poco aceptados o incluso rechazados, pero no hay que olvidar que todos los chicos se enuentran en esa misma situación. Este temor también se debe a la ansiedad frente a los cambios y a la idea de que el nuevo año escolar será más complejo y difícil. Por eso, es importante desmitificar esta fantasía y contener sus angustias conversando mucho con los chicos y haciendoles entender que el nuavo año puede ser más divertido que el anterior, que aprenderán cosas nuevas, que realizarán actividades desconocidas. Con los chicos que se encuentran en la Primaria hay que priorizar el encuentro con los amigos, lo social, el deporte, aunque el hecho de que vayan adquiriendo nuevas responsabilidades sea también un fin deseado. Lo importante es que los papás los acompañen con seguridad, convicción, tolerancia y tranquilidad, viviendo así, de manera feliz y con alegría, el crecimiento de sus hijos/as.
Lo que no es aconsejable hacer:
- No llevar a los chicos a upa hasta la puerta del jardin. Es más fácil si se toma una sana distancia desde que se sale de casa, asique lo ideal es que vayan tomados de las manos, no en brazos.
- No hay que espiar o permanecer en lugares que sean visibles para el pequeño/a.
- Hay que evitar grandes emociones y grandes despedidas y no llegar tarde ni al inicio ni a la finalización de la jornada escolar.
- No contradecir a la maestra en la organización escolar delante de los chicos.