Elegir la escuela a dónde asistirán nuestros hijos por varios años siempre resulta una tarea difícil ya que es una de las grandes decisiones que tomamos como padres. No sólo contamos con las opciones de educación estatal, privada o subvencionada-religiosa, sino que, desde hace ya mucho tiempo existen métodos de educación alternativos.
La denominada «educación alternativa», basada en métodos como el Waldorf, Montessori, Kumon, Doman, etc) no ha sido muy difundida. Son pocos los padres que realmente conocen bien esta clase de educación o que, muchas veces, no la consideran tan relevante como, por ejemplo, la educació bilingüe o trilingüe con doble jornada. Otros padres, además, suelen inclinarse por un estilo más convencional y tradicional de educación para sus hijos y hasta elijen colegios de los que son ex alumnos por temor a «innovar» en ésta área de sus vidas.
La realidad es que, lo primordial es conocer a nuestros hijos en profundidad. No todos los chicos son para colegios bilingües y, no todos se sienten cómodos en escuelas alternativas. Además, ya desde hace varios años que muchos expertos opinan que el problema central educativo reside en el sistema, el cual no logra «atrapar» e interesar a los alumnos, que no fomenta la curiosidad y la creatividad y por eso el nivel ha ido descendiendo mucho. También suele suceder que las propias familidas de los alumnos no fomentan el estudio desde los propios hogares. Con el paso de los años, los malos resultados terminan por demostrar una base deficiente. O dicho de otra manera, señalan errores que vienen de lejos, de los primeros años de escolarización de los alumnos. Es en esa primera época, entre los 3 y los 12 años, donde hay que poner el acento.
¿Cómo lograr cambiar ésta situación educativa generalizada?
Hay un punto imprescindible por el que habría que empezar: favorecer la autonomía del alumno. nNingún aprendizaje es posible si el alumno no lo acepta de modo completamente autónomo, sin imposición alguna. Autonomía significa capacidad de darse normas a sí mismo. Desde que nace, el ser humano se impone la norma de aprender, y todo lo que aprende viene marcado por ese deseo. La cuestión fundamental está en poner ante su mirada aquellas cosas que vale la pena aprender, así como evitar que escoja las que no valen la pena e incluso las que podrían resultarle dañinas. De ahí que los métodos pedagógicos conocidos como “alternativos”, que dicen inspirarse en la filosofía de la autonomía del alumno, hayan experimentado un auge estos últimos años.
Hoy día nadie desconoce el importante papel que juega el espíritu de imitación del niño en las primeras edades o el papel que juega la imaginación durante la infancia o el esfuerzo de autoeducación en la adolescencia. Todo el mundo sabe ya la importancia que tiene el clima de amor en el ambiente escolar, así como la decidida apuesta por fomentar el espíritu de libertad e iniciativa. Todas estas ideas son hoy patrimonio de la educación en general y no pueden considerarse como fórmulas metodológicas alternativas. Algo diferente es que determinadas escuelas sigan presentándose como testigos permanentes de estos idearios. Y su presencia en el escenario actual es siempre más que pertinente para que los padres tengan muchos modelos escolares (cuantos más mejor) entre los que elegir.
Algunos métodos de educación alternativa:
- La pedagogía Waldorf: iniciada por el filósofo alemán Rudolf Steiner, busca el desarrollo de cada niño en un ambiente libre y cooperativo, sin exámenes y con un fuerte apoyo en el arte y los trabajos manuales.
- El método Montessori: propone la creación de un entorno estimulante para que cada niño desarolle su propio método de aprendizaje siguiendo su curiosidad innata. En sus aulas,los niños se dividen por tramos de edad.
- El método Kumon: es un sistema de aprendizaje japonés basado en dos programas: uno de matemáticas y otro de lectura. Su principal objetivo es desarrollar el potencial de aprendizaje de los niños: motivar al alumno, mejorar su rendimiento académico y aportarle autoconfianza.
- El método Doman: se basa en desarrollar al máximo las áreas sensoriales del niño mediante la estimulación para que los pequeños desarrollen plenamente su inteligencia. Los programas más populares en las escuelas infantiles son los de los Bits de inteligencia, lectura y matemáticas.