Imaginarnos una escuela que no posea bancos, notas, amonestaciones, y donde tanto docentes como alumnos sean los encargados de mantener el orden y la limpieza, sería casi imposible. Sin embargo, en 1958 surgió un nuevo estilo educativo que , en la actualidad, se replica en 33 colegios públicos del país y en uno de USA.
En la escuela pública de gestión estatal Instituto Roberto Themis Speroni, de La Plata, no hay guardapolvos blancos, ni notas, ni amonestaciones, ni cuadros o medallas de honor, ni personal de limpieza o de administración. Sólo hay alumnos y docentes, libros e instrumentos musicales.«La Escuelita», como se la conoce, es el primer colegio que forma parte de un modelo educativo experimental que nació en 1958 gracias al trabajo de tres artistas que advirtieron algunas falencias en la educación formal. Con el tiempo, el modelo se expandió de boca en boca hasta materializarse en 33 escuelas en todo el país y 1 en New Jersey, USA.
¿Cómo surgió este nuevo estilo educativo?
En 1958, Dorothy Ling, Nelly Pearson y Marta Bournichon abrieron lo que primero sería un taller. Luego, mutaría en un colegio privado y, finalmente, en 1984, se convertiría en una escuela pública por pedido del Ministerio de Educación de la Nación. Con el tiempo, grupos de padres de lugares muy lejanos escucharon hablar sobre la escuela y se contactaron para replicar el modelo en sus comunidades. El Ministerio de Educación habilitó entonces al Instituto Speroni a suscribir convenios de doble pertenencia con otros establecimientos para que los alumnos pudiesen obtener los títulos mientras las nuevas escuelas obtenían su propio marco legal. Actualmente, hay 33 escuelas experimentales en la Argentina: 12 en Buenos Aires, 10 en Tierra del Fuego, 2 en Chubut, 2 en Neuquén y 1 en Córdoba, Santa Fe, La Pampa, Tucumán, Río Negro, Jujuy y Salta. Desde 2002, el modelo trascendió las fronteras nacionales con la apertura de The Cottage School en Nueva Jersey.
Características
Una de las bases fundamentales de este tipo de colegios es trabajar a pequeña escala: no hay más de 25 chicos por curso. Esto permite que se desarrolle un vínculo real y humano. Las decisiones en la escuela se toman en asamblea y se trabaja en equipo. Los nuevos docentes ingresan a partir de la elección de los demás y no a través del tradicional concurso. Además, la mayoría de los maestros suelen ser ex alumnos del colegio. En la educación tradicional suele hacerse gran énfasis en el aspecto intelectual descuidándose otros como la afectividad y la imaginación.
La idea de unión y comunidad recorre cada actividad en la escuela. Por eso, no hay personal de maestranza y tanto los maestros como los chicos cocinan, limpian y ordenan. En contra de todo prejuicio, la disciplina, el orden y la limpieza imperan. Si bien no existen las amonestaciones, los maestros son contundentes: si deciden que un alumnos tiene que irse, no hay vuelta atrás. En el Speroni no se habla de repitencia, sino de respetar los tiempos de cada estudiante. Si alguno necesita permanecer más tiempo en la escuela no lo ven como algo negativo. Un simple «aprobado» es lo más cercano a una nota. No las ponen porque suponen un sistema estandarizado que muchas veces no indica nada. Cada día, los docentes suelen reunirse después de clases, conversan sobre cada alumno y los evalúan de forma integral.
Los profesores no trabajan con manuales ya establecidos, sino que preparan sus propios materiales para cada clase explorando de manera creativa el programa oficial. Los alumnos son conscientes de la particularidad de su escuela. Durante la clase de antropología, hablan como si se tratase de leyendas urbanas o relatos mitológicos sobre escuelas en las que los chicos son divididos según sus promedios en diferentes cursos, instituciones que son específicamente para repetidores y docentes que le pasan a sus pares informes confidenciales etiquetando a los alumnos como si fuesen «objetos». El recreo en el Speroni es a puertas abiertas. Entre los árboles del enorme jardín que rodea al edificio construido por el prestigioso arquitecto Vicente Krause, los chicos de guardapolvos de todos los colores juegan con pelotas, cantan en ronda o tocan la guitarra.
Que recuerdos! Soy ex alumna ,del año 69 junto con mis hermanos .
Con Nelly y también conocí a Marta ( fundadoras) soy una gran admiradora de la escuelita original.
Me gustaria saber cuales son y donde estan ubicadas las escuelas con este sistema de educacion, el que creo es el mas acorde a todos los seres humanos, sin falsas preciones y haciendo felices a los niños.